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Angustias Valenzuela

domingo, 8 de noviembre de 2015

Viaje a La Línea de la Concepción (Cádiz)



Este verano fuimos unos días de vacaciones con los mayores de Santa cruz del Comercio a La Línea de la Concepción, en  Cádiz. Hace ya tiempo que quería compartir en mi página de blog esta entrada. Espero que os guste.

El viaje de vacaciones para jubilados fue organizado por el ayuntamiento de Santa Cruz del Comercio y subvencionado por la junta de Andalucía. Nuestra estancia allí fue de 5 días, del 22 al 26 de junio de 2015, y nos alojamos en la residencia de tiempo libre “Playa El Burgo la Línea”.

Día 1 – 22 de junio de 2015

A las 9h de la mañana del  22 de junio nos recogieron a mi marido y a mí. Fuimos los últimos en subir al autobús, ya que los demás viajeros venían desde Santa Cruz. La monitora que nos acompañó durante el viaje, Merche, que por cierto es una chica estupenda, lo primero que hizo en el autobús fue pedirnos  el número de móvil de cada uno de nosotros por si en un momento dado lo necesitaba. Merche estaba acostumbrada a lidiar con niños y jóvenes, no sabía lo que le esperaba con nosotros. Tengo que reconocer que muchas veces los mayores somos peores que niños.

Hicimos una parada en ruta para desayunar y estirar las piernas, para después continuar hasta llegar al hotel. No recuerdo exactamente la hora, pero fue sobre las 13h. Una vez allí nos asignaron las habitaciones y subimos las maletas. Nuestra habitación fue la 266, que tenía unas vistas preciosas del Peñón de Gibraltar, la piscina y el campo de fútbol de la residencia. Dejamos las maletas  y  bajamos  al comedor.

Los horarios de las comidas estaban prefijados. El desayuno era de 8h a 10h y el almuerzo de 13:30h a 15:00h. A nuestros años era como estar en la mili, todos en fila a recorrer el trayecto hasta llegar a la comida. Cuando por fin llegabas empezaba una pequeña odisea. Primero coger bandeja, servilletas, cubiertos, pan, por cierto ponían un bollo de pan por persona; y después quedaba ir cogiendo los platos, que ya estaban servidos en el mostrador. Teníamos siempre primer y segundo plato, y de postre fruta o yogur, nada de dos cosas juntas. De bebida una cerveza o un refresco por persona, eso sí, disponíamos de un grifo de agua donde te podías llenar los vasos que quisieras. Los dos últimos días nos sorprendieron gratamente con otro grifo de gazpacho fresquito que todos acogimos con alegría.

En los desayunos de cada día disponíamos de una pieza de pan por persona, aceite, mantequilla y mermelada. No había bollería, solo galletas. Había zumo de dos clases en grifo, café con leche o descafeinado, de máquina o sobre.

La cena no estaba incluida en nuestra pensión, es lo que tiene la crisis, pero no fue problema, cada uno se las arregló como pudo, que hambre no pasamos. El centro disponía de una cafetería donde podías tomar desde un café, a helados, refrescos o bebidas alcohólicas, y   bocadillos. Todo a muy buen precio.
La monitora que nos atendió en el hotel se llamaba Macarena. Se presentó informándonos de cómo sería nuestra estancia, de los horarios generales, los servicios comunes de los que el centro disponía, como cuarto de lavado y plancha. La verdad, a mi parecer, creo que más allá de aquella charla el primer día, nunca nos prestó la menor atención. Por ejemplo, fue nuestra monitora Merche la que se hizo cargo de poner música por las noches para que bailáramos.

La tarde del primer día la mayoría la pasamos descansando o sentados en la terraza de la cafetería. Un grupo de unas 19 personas se fueron para la Línea de la Concepción en autobús, de compras o simplemente a dar una vuelta. Cada hora salía el urbano desde del hotel.

Día 2 – 23 de junio de 2015

El segundo día del viaje, después del desayuno, salimos en autobús a visitar el Peñón de Gibraltar. En la entrada del Peñón había una cantidad tremenda de autobuses y camiones, todos  esperando para entrar. El motivo de la cola, según veíamos, era que por aquella zona estaban de obras y no se avanzaba un palmo. Merche nos aconsejó pasar la Frontera andando o tardaríamos  horas  en llegar a Gibraltar. Así se hizo. Quedamos que a la vuelta ya le habría dado tiempo de entrar al autobús y nos volveríamos con él. Allí nos bajamos y todos caminando, bajo un sol de justicia, pasamos la frontera que tiene miga.

Ya dentro de Gibraltar ninguno respetamos las recomendaciones de Merche de ir más o menos juntos, cada cual cogió el camino que quiso. Después de la caminata para cruzar la frontera y el posterior deambular por la calle principal de Gibraltar, estábamos todos exhaustos. Hubo una pareja que por encontrarse mareada la señora se quedaron sentados en la entrada de la plaza principal, cuyo nombre es “Casemates”, y en la que se puede ver la típica cabina telefónica de color rojo que nos recordaba que estábamos en territorio británico. La calle principal es la calle más céntrica de todo Gibraltar y su nombre es “Main Street”. Es solo peatonal y de más de 800 metros de larga. Esta calle  es el centro neurálgico de la ciudad. Lo que ves a todas horas es un hormiguero de transeúntes de aquí para allá, y muchísimas tiendas. Venden de todo, el tabaco y el alcohol están baratos. Además hay numerosas joyerías de prestigio, tiendas de souvenirs, perfumerías, tiendas de deporte, de ropa, de productos electrónicos y tiendas de alimentación, que el chocolate es otro de los productos que más se suele comprar en Gibraltar. Merche recorrió los 800 metros de la calle más de una vez, ya que estábamos todos diseminados entre la gente y conforme nos veía, nos decía que corriéramos la voz para que todos fuésemos a la parada del autobús que se encontraba al final de la calle.

Se echaba encima la hora de irnos y todos fuimos caminando hacia donde nos esperaba el autobús. Apenas nos dio tiempo de ver nada y encima los bares de los ingleses no te dejaban usar el baño, son muy suyos. Algunos lo saben porque les pasó te dicen: “¡Españoles no, españoles no!”. La mayoría no habíamos comprado nada y los que  compraron creo que fue tabaco y chocolate.
Ya en el aparcamiento nos refugiamos en la sala de espera del aparcamiento. Estábamos ya todos menos la pareja que se quedó en la entrada. Merche de nuevo corre que te corre a buscarla, pero volvió sin ellos. Creo que debió llamarlos por teléfono y le dijeron dónde nos esperaban para recogerlos.
Una vez estuvimos todos los demás en el autobús emprendimos el camino de regreso, parando donde dijeron que estarían, pero no estaban, así que seguimos hasta pasar la aduana. Por fin allí estaban esperando las dos personas que faltaban. Como se nos echó encima la hora de la comida, Merche llamó al hotel diciendo el motivo por el que llegaríamos tarde. Lo comprendieron y esperaron a que llegáramos sin cerrar el comedor.

Una anécdota que no quiero pasar por alto fue que, de camino al hotel en el autobús, Merche se dirigió a todos con el micro diciendo: “No sé vosotros, pero si yo me pierdo, ¡no me busquéis en el Peñón de Gibraltar!”.

Merche nos hizo esta foto de grupo en la que comentó en Facebook: “Ya que no hemos podido subir a ver los monos de Gibraltar, nos hemos hecho una foto con nuestro Pepe El Mono, jajjajajajja”.

Foto de grupo en Gibraltar (vía https://www.facebook.com/merche.cerezo)

Ya por la tarde a las 18h todo el grupo al completo, con Merche al frente, nos fuimos en nuestro autobús hasta la Línea con la intención de ver las hogueras de San Juan cuando llegara la noche. Nos bajamos a la entrada del pueblo y fijamos que en ese mismo lugar nos recogería a la vuelta. Fuimos charlando amigablemente por el paseo marítimo de la Línea y muy a gusto, la temperatura era buena y la tarde trascurrió rápidamente sin casi darnos cuenta. Los bares de la playa fueron llenándose de clientes deseosos de probar su pescadito frito con una cervecita fresca. Tengo que reconocer que yo era la primera vez que comía las tortillitas de Camarones típicas de Cádiz. Recién fritas, tan crujientes, ¡me estuvieron riquísimas! Creo que todos probamos la fritura de pescado típica, en todos los bares la ponían. Yo siempre he dicho que, para que salga bueno el pescado, el  secreto de la fritura consiste en usar un buen aceite de oliva y el pescado bien fresco, y allí observé que las dos cosas eran ciertas. Después del paseo nos fuimos de vuelta al hotel.

Es tradición que la noche de San Juan, del 23 al 24 de Junio, el agua y el fuego nos ayuden a poner en orden nuestras vidas. Eran las 12h de la noche cuando un reducido grupo de 16 personas nos fuimos con Merche a la playa que está a pocos metros del hotel. Todos nos metimos en el agua. Algunos solo los pies, pero hubo quien se bañó enterito. Se dice que ese día el agua nos purifica y rejuvenece. A lo lejos se veían los fuegos artificiales del pueblo de la Línea y una gran hoguera. Ya desde mi habitación se podía ver un castillo enorme de palés ardiendo que impresionaba. Otro día para el recuerdo.

Día 3 – 24 de junio de 2015

Desayuno y salida en autobús para visitar Tarifa. El conductor del autobús, una vez en Tarifa, dio una vuelta por el centro para que nos quedáramos con lo más representativo que se podía visitar, parando justo en el sitio que debíamos estar todos para a la hora de volver para la Línea. Bajamos y de nuevo todos nos dispersamos.

Algunos fueron hacia el puerto. Este puerto es comercial,  pesquero y de pasajeros. En la lonja se subasta el pescado recién sacado de la mar, es un gustazo verlo vivito y coleando, valga la expresión. Otros nos fuimos de tiendas a la calle principal de Tarifa donde compramos algún recuerdo.

Tarifa divide las aguas del mar Mediterráneo y del océano Atlántico. Sus aguas se cruzan y al juntarse, justo por la misma  playa del puerto, puede verse el color diferente de sus aguas. Además Tarifa es conocida como “la ciudad del viento”. Desde el autobús cuando íbamos llegando pudimos comprobarlo viendo infinidad de molinos enclavados paralelos a la carretera. Es la ciudad más cercana a las costas marroquíes, a una distancia de unos 14 kilómetros. Desde Tarifa, en días claros, se puede ver perfectamente la costa marroquí. Tarifa tiene la playa más larga de Andalucía, considerada también una de las más bonitas. La llaman costa de la Luz y mide unos 10 kms.

La puerta de Jerez es uno de los monumentos más emblemáticos e importantes de la ciudad y la Iglesia de San Mateo es la principal Iglesia de Tarifa. Vimos en cada fachada inscripciones que hablaban de su historia. También visitamos el castillo de Guzmán el Bueno, que es conocido por la estatua en bronce de Alonso Pérez de Guzmán situada en la entrada. Cuenta la historia que este señor defendía el castillo a muerte. Cuando los musulmanes cercaron el castillo en 1294 e hicieron prisionero a su hijo le dieron un ultimátum: si no entregaba el castillo, matarían a su hijo. Alonso prefirió sacrificar a su hijo antes que entregar la fortaleza. Se dice que incluso lanzó su propio cuchillo para que lo mataran con él. Este castillo se puede visitar de martes a sábado por 1€ para jubilados.

Terminamos la visita a Tarifa y vuelta al hotel llegando a la hora de la comida. Por la tarde descanso.

Foto de grupo a la vuelta de Tarifa (vía https://www.facebook.com/merche.cerezo)

Día 4 – 25 de junio de 2015  

Desayuno y de nuevo otra visita, esta vez a Algeciras. Las excursiones de cada día nos entretenían mucho. Como éramos un numeroso grupo, más de 50 personas, cada vez que subíamos al autobús Merche pasaba lista por si faltaba alguien del grupo. Siempre había algún rezagado que se retrasaba y había que esperar.
Durante el trayecto en dirección a Algeciras pasamos por San Roque. Ya en la entrada de Algeciras bajamos todos para visitarlo, aunque hubo discrepancias entre los viajeros por el tiempo que debíamos estar visitando el pueblo. Solucionado el problema, más de lo mismo, desbandada total.

Los que fueron al puerto no pudieron entrar, estaba cerrado. El puerto de Algeciras es uno de los más grandes de Europa, trasportando pasajeros y carga. Por el centro fue donde más rato estuvimos. Visitamos el mercado de abastos. Este mercado está en la plaza de Ntra. Señora de la Palma, también llamada plaza baja, y está declarado “bien cultural” por  la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. Se considera una de las obras más importantes de España. Cuando recorrimos su interior me llamaron la atención los puestos de carne por su variedad, carne de vacuno, de buey y ternera, de primera calidad y a buen precio, y el pescado recién traído del mar, ¡qué maravilla!

La plaza alta de Algeciras está a 100 metros de la plaza baja, allí pudimos ver una iglesia muy bonita y antigua, su nombre es Nuestra Señora de la Palma, y la capilla de Nuestra señora de Europa.

En esos días se celebraba la feria Real, que dura 9 días y es uno de los acontecimientos más importantes del año en Algeciras. Los espectáculos taurinos son famosos en esta feria. Como el recinto ferial distanciaba del centro no tuvimos tiempo de visitarlo. No me cabe duda de que en la feria se escucharía el sonido de la guitarra de Paco de Lucía, que nació en este pueblo y era uno de los guitarristas más conocidos del mundo del flamenco, premio Nacional de Guitarra. ¿Quién no se ha emocionado escuchando “Entre dos aguas”?
Después de hacer el recorrido, y ya cansados de andar, nos sentamos en un bar a tomarnos unas cervezas con sus correspondientes tapitas. Después, nuevamente en el autobús y llegada al hotel. La tarde libre.

Día 5 ­– 26 de junio de 2015

El último día del viaje todo el grupo desayunamos y preparamos las maletas en la entrada para subir al autobús y emprender el regreso a nuestro pueblo de origen. Algunos estaban deseando regresar y otros, por el contrario, iban con pena porque ya se acabaron las vacaciones. Nuestro autobús estuvo con el grupo todo el tiempo y fuimos  los primeros en salir. Había otros dos grupos que nos acompañaron los 5 días que duró nuestra estancia en el hotel, uno de Córdoba y otro de Sevilla. Ellos se quedaron en la puerta con sus maletas esperando sus autobuses.

Hicimos una parada en ruta para estirar las piernas y tomar algo. El camino de vuelta sin novedad y fin de nuestras vacaciones. Dejo constancia de haberlo pasado… ¡Estupendamente!

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